—¡Le inutilizó los frenos! ¿No lo entiendes? Por eso se mató.
—¡No
me lo creo!¡Una puta mujer no sabe hacer eso! ¡Es imposible! —No sabrás hacerlo
tú, imbécil. Pero para qué contarle lo de mi FP de mecánica y el disgusto que
se llevó mi padre cuando me matriculé—. ¡Eres una zorra embustera! ¿No te bastó
con la que te di anoche? ¡Te aseguro que esta es la última vez que me mientes!
La
primera hostia me pilla de sorpresa.
Puedo
esquivar la segunda y me escapo corriendo.
Me
refugio en el garaje. Ahí no me buscará ahora. Se irá a dormir la mona y no usará
el coche hasta las siete.
Tengo
tiempo de sobra. Yo sí que te aseguro que es la última vez que me pegas.

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